En este estudio se partió de la hipótesis de que un mal control del asma durante el embarazo puede relacionarse con un mayor riesgo de malformaciones congénitas en el feto. El objetivo del estudio fue determinar si este riesgo existe en el caso que la exacerbación se produzca durante el primer trimestre de gestación. Para ello cruzaron la información contenida en tres bases de datos distintas al respecto de ingresos hospitalarios, fármacos prescritos, nacimientos y malformaciones congénitas. Los resultados obtenidos demostraron que sufrir una exacerbación asmática durante el primer trimestre de gestación aumenta de forma significativa (50%) el riesgo de aparición de malformaciones fetales.
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