En el último artículo abordé la contribución al tratamiento del asma de la «medicina monacal», que en Francia, Inglaterra y los países del centro de Europa se basó en la Etymologiae de San Isidoro, ya comentada en otro artículo precedente. La caridad cristiana dio origen a la atención de los enfermos en los monasterios, que son los precedentes de los actuales hospitales, pero, a diferencia de estos últimos, no extendían su asistencia a toda la población, siendo exclusivamente centros de acogida para los desvalidos, los pobres y los peregrinos, a los que se ofrecía «hospitalidad».
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